OPINIÓN
Hay palabras que con el tiempo se desgastan, pero hay otras que se fortalecen porque se prueban en los hechos. Una de ellas es congruencia. En la vida pública, la congruencia no se predica: se ejerce. Es la línea invisible que une nuestras convicciones con nuestras acciones, la coherencia entre lo que decimos defender y lo que realmente hacemos cuando nadie nos observa.
En el PRD Michoacán hemos aprendido, a lo largo de más de tres décadas, que la congruencia no es cómoda ni popular, pero sí profundamente necesaria. Venimos de las luchas cardenistas que sembraron en nuestra tierra los ideales de justicia social y soberanía; del espíritu revolucionario que proclamó que la tierra debía ser para quien la trabaja. Somos herederos de esas causas y de las que vinieron después: las de las mujeres que alzaron la voz, las de los pueblos originarios que exigieron respeto, las de los obreros y campesinos que reclamaron trato justo y digno.

Hoy quiero dedicar estas líneas a las productoras y productores de maíz que hoy están sufriendo muchas dificultades en cuanto al precio que está en la vía comercial, el precio de la tonelada de maíz. Este año fue un año muy bueno, muy positivo, muy próspero para los productores. Prácticamente en todas las regiones del estado de Michoacán llegamos a tener muy buenos cultivos, muy buena producción y eso refleja, por supuesto, que hay preocupación de los productores de maíz para colocar en el mercado el maíz que produce Michoacán.
De acuerdo con el Censo Agropecuario 2022 del INEGI, Michoacán cuenta con 228 mil unidades de producción agropecuaria y más de 1.5 millones de hectáreas destinadas al uso agrícola. En total, 1.3 millones de personas trabajan directamente en el sector rural, de las cuales casi el 87% son hombres y el 13% mujeres. El maíz representa el cultivo anual más importante, con una producción cercana a 2 millones de toneladas que colocan a Michoacán como el tercer estado con mayor producción de granos del país.
Las principales zonas maiceras del estado se concentran en el Bajío —Puruándiro, Pastor Ortiz, Angamacutiro, Penjamillo, Numarán y La Piedad—; en la región Centro —Morelia, Queréndaro, Indaparapeo y Maravatío—; y en la Ciénaga Chaparra, entre Vista Hermosa, Yurécuaro y Briseñas. Zonas que históricamente han sido el corazón agrícola del estado, donde la tierra y el esfuerzo humano siguen siendo sinónimo de vida.
Sin embargo, hoy esos mismos productores sufren porque la institución que antes era Segalmex -y que ahora ha cambiado de nombre- les está ofreciendo 7 mil 200 pesos por tonelada de maíz, lo que resulta insuficiente para cubrir los costos reales de producción. Además, solo se prevé cubrir con el precio de garantía unas 250 mil hectáreas, cuando Michoacán produce más de 2 millones de toneladas de maíz al año. Es decir, ni siquiera la cuarta parte estaría protegida con el esquema actual.
Por eso, urge que el gobierno federal mejore el precio de garantía y amplíe la cobertura. No se trata solo de un tema económico, sino de justicia social. Porque cada hectárea de maíz representa el trabajo de una familia y de toda una cadena productiva, desde quien vende el diésel, la refacción o los implementos agrícolas, hasta quienes viven del comercio local que genera la cosecha.
México importa hoy el 60% del maíz que consume, proveniente en su mayoría de Estados Unidos, y en gran parte se trata de maíz amarillo transgénico de baja calidad. Mientras tanto, nuestros productores nacionales, quienes cultivan con esfuerzo el maíz blanco que alimenta nuestras mesas, enfrentan precios injustos y desprotección.
En el PRD Michoacán, herederos de los principios cardenistas y de la Revolución Mexicana, creemos que el campo debe volver a ser el centro de la economía del estado. Visibilizar a nuestros productores campesinos es reconocer su esfuerzo, darles precios de garantía, cuidar su producción y recuperar programas exitosos que hoy ya no existen, como los seguros catastróficos, que protegían al productor ante heladas, inundaciones o pérdidas por fenómenos naturales.
El general Lázaro Cárdenas del Río lo dijo con claridad: “Gobernar es servir, y solo se puede servir con honestidad y con justicia.” Esa frase, más que una cita, es una brújula ética. Gobernar implica mirar al campo con sensibilidad y con compromiso, no con indiferencia.
Defender la dignidad del campo es también defender la progresividad de los derechos humanos, porque se trata del derecho al trabajo justo, a la alimentación, al bienestar y a la participación. Y es que nuestro partido está convencido que la dignidad no es un privilegio, es el principio de toda democracia verdadera.
En el PRD Michoacán creemos que el camino para reformar Michoacán pasa por el diálogo, la reflexión y la unidad, que lo más importante siempre será la persona. Por eso, estas líneas son para las y los productores que siguen levantándose cada mañana con la esperanza puesta en la tierra.
A ustedes les debemos congruencia.
A ustedes, el compromiso de no renunciar jamás a los valores que nos dieron origen: libertad, igualdad, fraternidad y sororidad.
Porque si algo hemos aprendido en esta lucha, es que la dignidad no se mendiga, se defiende.